Ahí van, enfrascados en lo que creen quieren conseguir. Algunos tan mecánicamente inmunes a lo que les rodea que hasta parecen llevar orejeras como los caballos de tiro. Toca su hombro, te ignorarán. No por casualidad la sociedad materialista en la que vivimos premia a estos infelices, primero les ató la zanahoria al cuello.
Eventualmente se encuentran a sí mismos cargando con montón de responsabilidades, haciendo el trabajo de otros y para otros, obteniendo poco o ningún beneficio personal. Llegado este punto tanto si se dieron cuenta o no del timo ya es tarde para escapar, probablemente seguirán muchos años, quizá el resto de sus vidas yendo en círculo, como burro en molino.
Androides extraviados de la modernidad, así los apodé. Morirán ignorando que lo relevante y enriquecedor se encuentra cuando uno deja de buscar, de perseguir, cuando sabiamente se aparta de la ruta al éxito, mira a su alrededor con mente y corazón abiertos y da la justa oportunidad a lo que esta vida y su naturaleza tienen para brindar.
©2021 - Walter Alejandro Iglesias