Walter Alejandro Iglesias <wai@roquesor.com>
Malos hábitos con el correo electrónico
- Dar formato al texto (ej HTML). O, en su
defecto, usar flowed format, que permite al texto plano
ajustarse a la ventana, imitando el comportamiento del
HTML. Usar texto plano es la única forma de saber
que su mensaje llegará con el formato que usted eligió, es el
autor del mensaje quien debe elegir esto y no el programador de la
aplicación. Otra razón importante para evitar estos formatos
es que rompen el acotado del texto. Y podría mencionar otras
cien.
- Hacer top-posting, especialmente con clientes de
correo que no saben acotar, dejando los “mensaje original” acumularse
como basura al pié con cada respuesta.
- Agregar ruidosas notas legales al pié, que obviamente no
van a proteger su mensaje ni a nivel práctico ni legal y al contrario
de lo que algunos creen, las empresas no están obligadas a
incluírlas.
- Depender del correo electrónico como herramienta para
enviar ficheros (en lugar de un servidor), abusando de la funcionalidad
de adjuntos.
- Responder sin haber leído lo que el otro escribió,
forzando al otro a repetirse a lo largo de veinte mensajes cuando
bastaba el primero. O usar software que obstaculice adrede
el diálogo como el señalado en el siguiente ítem.
- Usar los odiosos sistemas de ticket, burocracia
informática que hoy día implementan las empresas para frustrar al
cliente en su intento de realizar consultas o solicitar soporte
técnico.
- Forzar al usuario a utilizar formularios web para enviar
mensajes, como los de contacto en las páginas web o los usados en los
mencionados sistemas de ticket. Algo que se implementa
falazmente como medida de privacidad.
- Utilizar interfaces web (ej gmail, hotmail), limitadas
por diseño.
- Leer y responder el correo electrónico desde su
smartphone, que en su calidad de “navaja suiza” es útil cuando
las circunstancias no le dejan a uno acceder a la herramienta
idónea. (Herramientas de chat como la actualmente
famosa no son reemplazo para el correo electrónico).